domingo, 7 de noviembre de 2010

Juegos del destino, suspenso, finales inconclusos…

Tengo sobre la mesa un papel doblado con el número de la quiniela de mañana. El salidor.
Supongamos que me enteré que va a ver fraude y para no delatarlos ellos accedieron a darme esa información.
- ¡Pero no abuse! (me dijeron) ¡No me mate la gallina de los huevos de oro!
Siempre me gustó más la quiniela que otros juegos “de azar”, me parece más democrático. Las expectativas son proporcionales al monto en juego. Cada uno juega en función de sus ilusiones.
En cambio, esta nueva panacea del 5 de oro, nos hace creer que jugando poco uno puede obtener de forma rápida el paraíso perdido.
Los ilusionistas del bolillero. Los generadores de la mega ficción. Del circo televisivo, estimulan en nuestras conductas a poner el diezmo en la ruleta de la fantasía.
- ¡Por sólo 25 pesitos! ¡Usted accede a vivir de primera amigo!! Con sueños de primera y con gente de primera. Solo tiene que probar, bla bla bla…
Entonces ellos sabedores del comportamiento humano, me revelaron el secreto y dejaron en mis manos esa decisión. Ellos me vigilan, no me conocen. Desconfían como todos hasta de su propia sombra.
Pero saben que los hombres somos ambiciosos, podemos caer en debilidades de todo tipo. Porque siempre elegimos el camino más corto. Tenemos deseos de trascender. Nos creemos en la cúspide de la pirámide de la inteligencia.
-Puedo ser un revolucionario y buscar dinamitar sus defensas. Desenmascarando la trampa y el engaño. Pero temo que sea yo el desenmascarado y tirado a un costado del camino. Y en poco tiempo todo el mundo vuelva a sus ilusiones y esperanzas de luces de colores, navidades, fines de año y año nuevo. Y yo, solo un payaso disfrazado de papá noél.
-Puedo ser un robin hood, y darle algo de lo que les corresponde a algunos por supuesto, porque si lo distribuyo equitativamente apenas sería una pobre limosna. Y así transformarme en el hombre 5 de oro. El repartidor de felicidad y justicia. Saldría en los periódicos y en la televisión. (Aplacando en algo la voz de mi conciencia y de mi ego).
-Puedo decir ¡da igual lo que haga!! El mundo seguirá su curso a pesar de mi porfía de querer verlo diferente. Pondré ese dinero en algún proyecto que me parezca interesante y que genere una nueva conciencia hacia delante. Y retirarme a algún lugar a tratar de encontrar estar con migo y desear por un mundo mejor.
¡Aislarme! Separarme del resto. Hacer mi paraíso particular y propio. Mi fantasía dentro de la fantasía. Es posible ello, y que dejo para mi vejez. Soledad. Vació. Desasosiego.
Nada tan difícil como una decisión. Y ellos lo sabían….

Tincho

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